lunes, 8 de octubre de 2007

Siglo 21

Resolución trabada

El Comité de Conciliación que debía facilitar la reanudación de las actividades de la Asamblea Constituyente logró aprobar una agenda de cinco puntos, pero no ha podido despejar el problema de la diferencia entre La Paz y Sucre sobre la sede de los poderes del Estado.
Los paceños estaban en estado de emergencia este fin de semana porque creen que Sucre ganó al lograr que la nueva constitución deba fijar, siempre que hable de un poder del Estado, el lugar donde deberá funcionar.
Por lo tanto, los dirigentes de La Paz creen, con mucha razón, que el comité hizo una concesión y que ahora la nueva constitución podría cambiar la sede de los poderes. Lo cierto es que un tema tan burocrático, como es la fijación de la sede de las oficinas del Estado, sigue frenando un proceso de transformación que los dirigentes del MAS anuncian como una revolución en democracia.
Todo está frenado por culpa de este tema y eso ha provocado que los dirigentes del gobierno muestren nerviosismo, a tal grado que el vicepresidente Álvaro García Linera ha hecho una severa advertencia a la “derecha”.
La advertencia dice que si los conservadores siguen trabando la Asamblea, los cambios se harán de todos modos y en escenarios donde no podrán ni siquiera exponer sus puntos de vista.
Una advertencia similar, aunque más explícita, fue hecha por otros dirigentes del MAS, que hablan directamente de que en caso del cierre de la Asamblea, estallaría la guerra civil y se aplicarían las reformas por la fuerza.
El MAS ha llegado a un punto muy incómodo de su vida. No puede avanzar en la Asamblea constituyente y tampoco tiene claras las ideas sobre cómo encararía la opción violenta. Unos dirigentes del MAS hablan de guerra civil y otros dicen, como el vicepresidente, que los cambios serán dictados por el poder Ejecutivo.
Columnistas y expertos paceños dicen que en este momento el MAS tiene un acuerdo con el opositor Podemos para aprobar una constitución light, a cambio de incluir solamente el tema de la reelección indefinida. Pero algo saben los dirigentes del MAS que la semana pasada se supo que ellos propondrán que la constitución establezca que a partir de ahora un candidato podrá ser elegido directamente, sin necesidad de llevar la designación al Congreso, sólo si obtiene 40% más uno de los votos y ya no 50%, como dice el actual texto.
De esa manera, el MAS revela sus temores sobre un posible descenso de la preferencia electoral a favor de Evo Morales, que en diciembre de 2005 logró 53,7% de los votos.
También hay la sospecha de que el MAS quiere acelerar las soluciones en vista de que se avecina una división en sus filas. Los sectores radicales quieren que se apruebe todo el programa, con reelección indefinida, anulación del senado, reconocimiento de la existencia de 34 naciones y creación de un poder del Estado indígena o popular que tenga capacidad de veto sobre los otros poderes.
El presidente Morales tendría que tomar una posición frente a esas dos corrientes y no quiere hacerlo, dicen esas versiones.

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