La profunda y respetable sabiduría popular, lamentablemente no es apta para reemplazar al Derecho Internacional ni a la destreza de la negociación diplomática. La primera se estudia, la segunda se aprende con la experiencia. De manera que reflexiones tales como “ abrir mercados en el exterior no es como meter la llave y hacer que el candado se abra...” o refiriéndose a la demanda marítima “ para salir de un edificio, hay que pues buscar la salida más fácil...” aparte de arrancar socarronas sonrisas en nuestros interlocutores externos, mal podrían servir de instrucciones a los embajadores masistas que, mostrencos en el oficio, se reunirán próximamente en conferencia especial con el Presidente de la República.
En ese campo, asombra y alarma la liviandad con que el actual Canciller anunció al país la inminente concesión de una salida al Océano Pacífico, exabrupto que provocó el inmediato desmentido de La Moneda.
La ausencia de una conducción docta en la cima y la miserable textura de los operadores del presente Servicio Exterior son factores contradictorios al auspicioso marco que ofrece Bolivia que, como nunca, cuenta en la Presidencia, una personalidad de popularidad universal que con astucia abre fértiles surcos en las cumbres, los mismos que se desperdician por falta de seguimiento.
A ello, debe añadirse la galopante corrupción que se ejercita en la mayor parte de las misiones diplomáticas y consulares, en momentos que más de dos millones de compatriotas acuden a ellas en busca de apoyo y solo constatan que son víctimas de una nueva explotación.
Esperamos que Evo Morales aproveche esa reunión para reajustar sus cuadros externos reorientando los mismos con profesionales idóneos exigiéndoles, además, irreprochable conducta en sus funciones.
La profunda y respetable sabiduría popular, lamentablemente no es apta para reemplazar al Derecho Internacional ni a la destreza de la negociación diplomática. La primera se estudia, la segunda se aprende con la experiencia. De manera que reflexiones tales como “ abrir mercados en el exterior no es como meter la llave y hacer que el candado se abra...” o refiriéndose a la demanda marítima “ para salir de un edificio, hay que pues buscar la salida más fácil...” aparte de arrancar socarronas sonrisas en nuestros interlocutores externos, mal podrían servir de instrucciones a los embajadores masistas que, mostrencos en el oficio, se reunirán próximamente en conferencia especial con el Presidente de la República.
En ese campo, asombra y alarma la liviandad con que el actual Canciller anunció al país la inminente concesión de una salida al Océano Pacífico, exabrupto que provocó el inmediato desmentido de La Moneda.
La ausencia de una conducción docta en la cima y la miserable textura de los operadores del presente Servicio Exterior son factores contradictorios al auspicioso marco que ofrece Bolivia que, como nunca, cuenta en la Presidencia, una personalidad de popularidad universal que con astucia abre fértiles surcos en las cumbres, los mismos que se desperdician por falta de seguimiento.
A ello, debe añadirse la galopante corrupción que se ejercita en la mayor parte de las misiones diplomáticas y consulares, en momentos que más de dos millones de compatriotas acuden a ellas en busca de apoyo y solo constatan que son víctimas de una nueva explotación.
Esperamos que Evo Morales aproveche esa reunión para reajustar sus cuadros externos reorientando los mismos con profesionales idóneos exigiéndoles, además, irreprochable conducta en sus funciones.
La profunda y respetable sabiduría popular, lamentablemente no es apta para reemplazar al Derecho Internacional ni a la destreza de la negociación diplomática. La primera se estudia, la segunda se aprende con la experiencia. De manera que reflexiones tales como “ abrir mercados en el exterior no es como meter la llave y hacer que el candado se abra...” o refiriéndose a la demanda marítima “ para salir de un edificio, hay que pues buscar la salida más fácil...” aparte de arrancar socarronas sonrisas en nuestros interlocutores externos, mal podrían servir de instrucciones a los embajadores masistas que, mostrencos en el oficio, se reunirán próximamente en conferencia especial con el Presidente de la República.
En ese campo, asombra y alarma la liviandad con que el actual Canciller anunció al país la inminente concesión de una salida al Océano Pacífico, exabrupto que provocó el inmediato desmentido de La Moneda.
La ausencia de una conducción docta en la cima y la miserable textura de los operadores del presente Servicio Exterior son factores contradictorios al auspicioso marco que ofrece Bolivia que, como nunca, cuenta en la Presidencia, una personalidad de popularidad universal que con astucia abre fértiles surcos en las cumbres, los mismos que se desperdician por falta de seguimiento.
A ello, debe añadirse la galopante corrupción que se ejercita en la mayor parte de las misiones diplomáticas y consulares, en momentos que más de dos millones de compatriotas acuden a ellas en busca de apoyo y solo constatan que son víctimas de una nueva explotación.
Esperamos que Evo Morales aproveche esa reunión para reajustar sus cuadros externos reorientando los mismos con profesionales idóneos exigiéndoles, además, irreprochable conducta en sus funciones.
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En ese campo, asombra y alarma la liviandad con que el actual Canciller anunció al país la inminente concesión de una salida al Océano Pacífico, exabrupto que provocó el inmediato desmentido de La Moneda.
La ausencia de una conducción docta en la cima y la miserable textura de los operadores del presente Servicio Exterior son factores contradictorios al auspicioso marco que ofrece Bolivia que, como nunca, cuenta en la Presidencia, una personalidad de popularidad universal que con astucia abre fértiles surcos en las cumbres, los mismos que se desperdician por falta de seguimiento.
A ello, debe añadirse la galopante corrupción que se ejercita en la mayor parte de las misiones diplomáticas y consulares, en momentos que más de dos millones de compatriotas acuden a ellas en busca de apoyo y solo constatan que son víctimas de una nueva explotación.
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En ese campo, asombra y alarma la liviandad con que el actual Canciller anunció al país la inminente concesión de una salida al Océano Pacífico, exabrupto que provocó el inmediato desmentido de La Moneda.
La ausencia de una conducción docta en la cima y la miserable textura de los operadores del presente Servicio Exterior son factores contradictorios al auspicioso marco que ofrece Bolivia que, como nunca, cuenta en la Presidencia, una personalidad de popularidad universal que con astucia abre fértiles surcos en las cumbres, los mismos que se desperdician por falta de seguimiento.
A ello, debe añadirse la galopante corrupción que se ejercita en la mayor parte de las misiones diplomáticas y consulares, en momentos que más de dos millones de compatriotas acuden a ellas en busca de apoyo y solo constatan que son víctimas de una nueva explotación.
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En ese campo, asombra y alarma la liviandad con que el actual Canciller anunció al país la inminente concesión de una salida al Océano Pacífico, exabrupto que provocó el inmediato desmentido de La Moneda.
La ausencia de una conducción docta en la cima y la miserable textura de los operadores del presente Servicio Exterior son factores contradictorios al auspicioso marco que ofrece Bolivia que, como nunca, cuenta en la Presidencia, una personalidad de popularidad universal que con astucia abre fértiles surcos en las cumbres, los mismos que se desperdician por falta de seguimiento.
A ello, debe añadirse la galopante corrupción que se ejercita en la mayor parte de las misiones diplomáticas y consulares, en momentos que más de dos millones de compatriotas acuden a ellas en busca de apoyo y solo constatan que son víctimas de una nueva explotación.
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