martes, 29 de septiembre de 2020

Hoja del Sur 1257



De camino al Federalismo 
Álvaro Riveros Tejada 
Resulta inadmisible, y cada vez más indecorosa, la manipulación de las encuestas sobre los posibles comicios presidenciales a realizarse el 18 de octubre próximo. Primeramente, porque dichos sondeos deben ser elaborados telemáticamente, como lo exige el combate a la pandemia, hecho que les resta mucha fiabilidad, ya que sería igual que realizar un censo poblacional por teléfono, porque la diferencia de los resultados que dichas pesquisas arrojan es tan absurdamente opuesta que, sin proponérselo, se ridiculizan ellas mismas. 
Lo peor de estos falsos tanteos, lejos de cumplir la unificación de un segmento de la población probadamente opuesto al MAS y a su hipotético retorno, lo despista y lo induce a la más decidida abstención, que es lo mismo que votar por esa sigla. 
Es más, a través de estas falsas encuestas, resulta desmoralizador comprobar que los bolivianos preferimos todavía al corrupto que nos ha sojuzgado durante una década y media, y establecer que hemos perdido la noción de la honradez, del decoro y del patriotismo al elegir que un forastero escale el sitial de la preferencia ciudadana, por sobre nuestros connacionales, aunque estos ostenten probadas credenciales de idoneidad e inteligencia. 
Queriendo o sin querer, los autores de esas cabriolas electoreras, hábilmente digitados y sobornados por políticos de la izquierda desplazada, lejos de cumplir un sano objetivo, nos están llevando al caos y a la anarquía, con dineros de extraña procedencia, extremo que nos lleva a pensar en la inminencia de un rompimiento nacional y una división que siempre estuvo latente, por lo que es necesario acudir a fórmulas que impidan ese nefasto propósito. 
Esta situación nos recuerda a la Argentina en sus épocas de oro, cuando los principios de libertad de comercio y respeto a la propiedad privada que habían sido consagrados en su Constitución se iban corrompiendo gradualmente hasta la llegada del populismo, con Perón a la cabeza, destruyéndolo todo y creando una sociedad de parásitos que sólo desea vivir del Estado, e iniciando así una decadencia gradual que hoy se refleja en sus altos índices de pobreza y miseria. 
A fin de evitar y contrarrestar estas fuerzas oscuras que amenazan la integridad nacional, consideramos acudir a fórmulas como el federalismo, que no son nada novedosas en Bolivia, ya que esta idea se remonta a la Convención de 1871, cuando fue propuesta por Lucas Mendoza de la Tapia, para cambiar el Estado Unitario por uno Federal, por considerar que: “el centralismo era el origen de las continuas revoluciones, de las tiranías y de la corrupción institucional”. 
Para cumplir dicho objetivo sería menester la reforma de la Constitución, trabajo que no es novedoso en Bolivia, ya que hemos cambiado 17 veces nuestra Carta Magna desde nuestra creación como república, hasta el penoso día en que, dentro de un cuartel, tuvimos que tolerar una que le cambió hasta el nombre. De ahí que optar por dicha fórmula es apostar por una verdadera integración nacional, que resguarde la identidad de cada una de nuestras regiones, y sirva de fundamento a la construcción y fortalecimiento de una nueva institucionalidad, sin temor a caminar hacia el federalismo. 



Graves errores que nunca deben repetirse
Armando Mariaca V. 
Las crisis, aunque parecen haber sido creadas como desafíos para el ser humano, muchas veces tienen tendencia a complicarse más, a actuar con mayor contundencia, por esfuerzos que haga la capacidad humana, no siempre son posibles de encontrarles las debidas soluciones o remedios acordes con las necesidades colectivas, especialmente cuando el origen de ellas radica en los campos económicos y que, en la mayoría de los casos, quienes están en posición contraria al gobierno o a quienes deben buscar las soluciones, “los problemas planteados tienen salidas muy apropiadas que ellos podrían aplicar” y que de ponerlas en práctica serían funestas y simple repetición de graves errores con retornos a problemas nunca superados por anteriores regímenes y contrarios a lo que realmente convendría. 
La verdad es que cuando se trata de no repetir errores, no sólo hay que referirse a aquellos que tuvieron influencias decisivas en los desastres económico-financieros; también es necesario ver las situaciones que, muchas veces, han dado lugar a los desastres y sobre todo a su influencia en el campo social y, aunque no se crea, ellos tienen, casi forzosamente, su razón de ser en las actitudes políticas, en la imposición de gobiernos ilegales, en la falta de patriotismo y consecuencia de quienes, por su condición de ser servidores del país, deberían tener --como premisa en todos sus actos-- responsabilidad. 
Gobernantes, miembros de los poderes Legislativo y Judicial, dirigentes de instituciones, entidades cívicas, empresarios, sindicatos y organizaciones de otro tipo, tienen que convenir en la urgencia de asumir responsabilidades porque no caben, en las actuales circunstancias, posiciones demagógicas que muchas veces asumen dirigentes políticos, sindicales o cívicos; tampoco corresponde que las autoridades obren con incoherencias y cuiden solamente el prestigio, la posición momentánea de sus partidos políticos o vean las perspectivas futuras a través de conveniencias personales o de grupo. 
Es preciso reconocer, en todos los niveles de la sociedad política, económica, social y hasta cultural que en por lo menos en los últimos sesenta años, hemos querido y aceptado la vigencia de ideologías negativas, falsos populismos o demagogias absurdas que, bajo diversos calificativos inventados por las extremas izquierdas llamados “revolución” con programas y doctrinas que por diversas posiciones calificadas como yerros fueron anuladas, pospuestas y hasta traicionadas por muchos de sus propugnadores que dándoles el calificativo de “revolución nacional” o “revolución cultural” y hasta “revolución del comportamiento”, se ha hecho lo que no se debía y, como demagógicamente había que mostrar lo que sea, todo lo que estaba bien o debidamente encaminado y mejor planificado, se lo ha desviado, tergiversado u olvidado, en perjuicio de la nación. 
Es evidente que hasta finales de 2005, se ha tratado de corregir y modificar malas conductas y hechos contrarios al país, de corregir lo mal hecho, de enmendar errores y desandar los malos pasos dados; pero, el camino se hizo muy difícil y escabroso porque las circunstancias cambiaron y muchos errores se hicieron crónicos y hasta se encallecieron hasta el extremo de que no fue posible extirparlos porque todo mostraba la llegada de mayores extremos con el crecimiento de la inmoralidad o, más claramente, la corrupción que, poco tiempo después, adquirió la condición de hacerse intocable y hasta impune. 
Análisis somero de todo lo que hemos pasado, señala claramente que no debemos repetir errores del pasado sean políticos, económicos, sociales o de cualquier tipo porque no podemos ni debemos hacer de Bolivia un país inviable; no caben más políticas estatistas que no sean efectivas, coherentes, productivas, constructivas con miras al desarrollo y progreso sostenidos para cumplir con el bien común. Debemos entender que ha llegado el tiempo de repensar seria y responsablemente el país; no hacerlo querrá decir que, por esperar mejores circunstancias --en repetición viciosa de pretextos pasados—estaremos cavando las sendas por las que, en precipitada y peligrosa pendiente, corran los males de la demagogia, la anarquía que siempre deriva en el caos, la inflación y aumenten grave y grandemente las simas de la pobreza. 
Estamos en tiempo pre-electoral aunque, como siempre, en medio de la inmadurez y soberbia de la política partidista, de un gobierno encabezado por la Presidenta Constitucional que, lamentablemente, también es candidata, vemos cómo hay aventureros que juegan a la política y a ver qué resulta de proclamarse candidato; en fin, estamos en condiciones muy difíciles para la nación; pero, de los pasos que dé el gobierno en el futuro inmediato, de lo que haga el empresariado privado, de cómo se comporten las empresas públicas, de actitudes constructivas y honestas de las entidades cívicas y especialmente de la madurez, honestidad y responsabilidad de las entidades sindicales, dependerá el futuro. 
Todo lo pasado y experimentado demuestra que si el país fue inviable en muchos aspectos, ha sido por obra y gracia de todos, nadie puede sentirse libre de culpas de todo lo ocurrido. Todos, en mayor o menor proporción hemos actuado con indiferencia, con incoherencias y conductas muy alejadas de las conveniencias nacionales inclusive al comprometer el voto en favor de quienes han hecho mucho daño. Estas verdades duelen, pero es preferible mitigar ese dolor con nuevas actitudes y esperanzas, que serán efectivas con posiciones constructivas, trabajo, disciplina y esfuerzo conjunto; de otro modo, deberemos sumirnos, nuevamente, en un mar de mutuos reproches y de repetir errores que tanto daño nos hicieron. 

Desde la Tierra
El valor de la palabra
Lupe Cajías
Confianza. Esa es la palabra mágica que abre el sésamo de los ciudadanos frente al Estado. Es el concepto repetido entre los analistas que se ocupan del éxito alemán para enfrentar la crisis sanitaria. Su canciller, Ángela Merkel, en un histórico discurso advirtió de la profundidad del problema y de las dificultades para enfrentarlo. Más allá de los “negacionistas” y de otras protestas, la opinión pública expresa su seguridad; cree en su canciller. 
En el caso latinoamericano, en Uruguay- a pesar del cambio de gobierno en el inicio de los contagios por el COVID 19- los habitantes aceptaron las recomendaciones oficiales. Confiaban en la palabra de los representantes de la administración pública, se cuidaron y ayudaron a cuidarse a los demás. La sólida institucionalidad fue la primera gran barrera al virus. 
En el extremo opuesto está la República Popular de China. ¿Quién puede creer en las explicaciones de su presidente, de sus gobernantes, de su sistema? Un puñado de fanáticos. El resto, los propios enfermos, sus familiares y el mundo dudan de las frases de Xi Jinping. La desconfianza es tan extensa que alcanzó a la Organización Mundial de la Salud; la influencia china destrozó la palabra del organismo. 
Para la región, el cúmulo de mentiras, de falsos positivos, de información distorsionada es más la regla que la excepción. Venezuela es la más expresiva. Tanta farsa no permite que ni la población, ni las estrategias sanitarias internacionales, ni la prensa crean en las cifras que repite Nicolás Maduro. Ni siquiera la muerte de Hugo Chávez respetó la sinceridad.
Los libros sagrados de las religiones más importantes, los mitos y una muy grande cantidad de textos aconsejan a la persona cuidar su palabra. La palabra es la que puede consolar y aportar, aunque también puede desencadenar disputas, conflictos, guerras. 
El valor de la palabra está relacionado con el honor, con el decoro propio, familiar, comunitario. La puntualidad no es un valor en sí misma, sino que adquiere su dimensión mayor cuando se cumple con la palabra empeñada: a qué hora era la cita, cuándo había que entregar el trabajo, qué día acababa un plazo. 
Las personas, los grupos, las naciones que no respetan su palabra, no tienen honor ni decoro y con ello se rompe toda su imagen; un vidrio trizado que siempre guardará la cicatriz. 
Así le sucedió a Evo Morales, a pesar de los consejos de sus aliados iniciales o de sus más fieles funcionarios, como David Choquehuanca. Fingir silogismos para participar en las elecciones de 2014; desconocer la promesa de aceptar los resultados del referendo de 2016; hacer tretas para seguir de candidato; le quitaron todo brillo. Por ello, está claro que su mayor enemigo íntimo fueron Álvaro García Linera y el entorno palaciego. 
Janine Añez tuvo la oportunidad de proyectarse al futuro con rostro propio. El pueblo, sensible como es, hubiese perdonado errores y caídas porque le tocó una carrera de obstáculos como a una Hércules moderna. ¿Por qué no respetó su palabra? Sus explicaciones fueron un embrollo, un enredo que la lanzaron al vacío. Tanto fingimiento alcanzó a su equipo. 
El resultado de las elecciones del próximo 18 de octubre es incierto, como lo es aún el alto porcentaje de indecisos. Sin embargo, un dato es seguro. Faltar la palabra cobra un precio muy alto. 

Elecciones e incertidumbre 
Marcelo Ostria Trigo 
Se acercan las elecciones y se multiplican los resultados dispares de las encuestas. Unos celebran supuestos avances en el logro del favor ciudadano, y otros buscan minimizar el impacto que significa quedar rezagados. Sin embargo, y pese a los pronósticos, es verdad que puede haber diferencias notables con los resultados del conteo de votos. Esto ya sucedió en las elecciones presidenciales en Estados Unidos el año 1948, cuando el Chicago Tribune, al día siguiente de las votaciones publicó en primera página que el candidato a presidente, Harry Truman, había sido derrotado por su contendor, Thomas Dewey. En realidad sucedió lo contrario. 
En este periodo preelectoral de nuestro país, acaba de añadirse un elemento que cambia el ambiente político. A un mes de las elecciones de octubre, la primera mandataria, Jeanine Añez, anunció que ya no será candidata presidencial. Esta decisión seguramente influirá en el voto ciudadano. 
En efecto, se advierte que hay un gran empeño en atraer a los que eran partidarios de la candidatura de la Presidente. Por eso se teme que la pugna aumente, y que también se frustren los llamados de distintos sectores a la unidad de las candidaturas para derrotar al populismo. 
Pero el empeño de lograr la unidad de todas las fuerzas políticas adversas al MAS, tropieza con naturales dificultades. Hay barreras ideológicas manifiestas: Por ejemplo, uno de los candidatos, no abiertamente masista y que figura con el mayor respaldo ciudadano en las encuestas, fue propiciado por el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) con definida orientación marxista-maoísta y, además, que en el pasado reciente ese candidato se habría acercado a Evo Morales. Así, es difícil concertar programas de gobierno, lo que es esencial para lograr la unidad de diferentes fuerzas políticas. 
Por otra parte, resulta evidente que la convocatoria a elecciones para el próximo 18 de octubre es precipitada. Esto va a dar lugar a mayor concentración de personas expuestas al contagio y la muerte por el coronavirus, ocasionando que en el país repunte el número de víctimas por la pandemia. Y es más: el Padrón Electoral aún sigue cuestionado. El número de inscritos ilegalmente, según varias denuncias, era enorme, y ahora los eliminados son, comparativamente, pocos. Se decía también que circulaban muchos miles de cédulas de identidad “clonadas”, es decir con el mismo número que las legítimas, pero con distinto nombre –seguramente de masistas. El informe de la depuración es decepcionante. 
Cuando hay agresiones y extrema rivalidad, no se logra elecciones libres y con pureza en el conteo de los votos. Así no se practica una política basada en los valores democráticos ni en el respeto mutuo de los ciudadanos que es indispensable para la armónica convivencia social. 

La Policía
El comandante departamental de la Policía de La Paz, coronel Wilson Ortiz, informó que 43 uniformados fueron contagiados durante sus tareas de prevención y contención del nuevo coronavirus, sobre todo por la indisciplina de la ciudadanía que no respeta las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
La autoridad, pidió a la población mantener la distancia física, evitar aglomeraciones, regresar a casa antes de las 18.00 horas, utilizar el barbijo, y lavado de manos constante, además del uso del alcohol en gel. 
“Lamentablemente, desde que se ha levantado el riego alto los infectados con Covid-19 en la policía son 43, anteriormente teníamos 18 y estaban descendiendo, pero como es viral el enemigo invisible se encuentra en todo lado, nuestros policías al igual que las Fuerzas Armadas y nuestros médicos, se están contagiando de forma masiva”, apuntó el jefe policial. La autoridad dijo que algunos de los uniformados están internados en centros hospitalarios y otros realizan una cuarentena a estricta en sus hogares, y que, gracias a Dios, se encuentran estables. En la víspera se procedió al arresto de 32 personas y 19 vehículos que fueron retenidos por circular fuera de los horarios establecidos.
Ortiz recordó que los fines de semana solo pueden transitar los motorizados que tienen una autorización emitida por el ministerio de Gobierno. 

Siglo 21 
Campaña sin fuerza 
Aunque las elecciones están a tres semanas, no hay una verdadera campaña electoral debido a la pandemia, a la falta de ideas de los candidatos y por al temor de los ciudadanos de que no hayan sido desarticulados los mecanismos del fraude. Este clima mantiene intactas las posibilidades de un triunfo en primera vuelta de Mesa o de Arce, aunque los que siguen a Camacho dicen que sería probable una segunda vuelta Mesa-Camacho. 
ANULACIÓN DEL M.A.S. 
A estos factores se ha sumado, la semana pasada, la posibilidad de que dos jueces de La Paz decidan aplicar contra el MAS la sanción prevista por la ley electoral, y quitarle la personería jurídica por haber usado encuestas, cuando estaba prohibido. Los vocales Blanca Alarcón y Remberto Pomier, del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz podrían decidir el martes 5 de octubre la anulación de la sigla del partido del cocalero Morales. Desde su refugio en la embajada de México, el exministro Juan Ramón Quintana advirtió de esa posibilidad en un tuit, aunque se sospecha que haya sido una orden a los jueces para que con esa sanción le eviten al MAS una segura derrota. 
CAMPAÑA DEL NO 
Por el momento, los anuncios de los principales candidatos consisten en decir todo lo que no van a hacer si llegan a la presidencia. Carlos Mesa prometió ante periodistas que, si fuera elegido y se presentaran convulsiones sociales, él no renunciaría, como lo hizo con tanta frecuencia entre 2002 y 2003, cuando reemplazó a Sánchez de Lozada. Asimismo, los candidatos del MAS se esmeran en decir que ellos no ordenaron los bloqueos salvajes de agosto y que si llegaran al gobierno no traerían a los personajes que estuvieron en el "entorno" del cocalero Morales. 
POCAS IDEAS 
En cuanto a lo que sí van a hacer, el panorama es desolador. Mesa promete tomar medidas para ayudar a los ciudadanos y Arce Catacora dice que en dos años y medio resolvería los problemas económicos del país. Ninguno ha aludido a un plan preciso para refundar el país, una tarea de urgencia ahora que todo ha quedado destruido con la gestión del MAS y con la paralizando pandemia. 
PROPUESTA DE CAMACHO 
El tercero en esta contienda, Luis Fernando Camacho, se limita a ofrecer que llevará a la cárcel al cocalero Morales y denunciar la presunta intención de Mesa de cogobernar con el MAS. El líder cívico cruceño ha crecido en las últimas tres semanas, aunque solamente en Santa Cruz, donde es probable que obtenga una amplia mayoría y de esa manera consiga tres o cuatro senadores. Pero en el resto del país están muy bajas sus posibilidades.
POSIBILIDADES DE TUTO 
Jorge Tuto Quiroga dice que no retirará su candidatura a pesar de l os bajos niveles que le atribuyen las encuestas. Sigue siendo, paradójicamente, el mejor candidato, por su capacidad de exponer los temas y porque es el único que tiene un plan económico claro.