domingo, 19 de abril de 2020

Hoja del Sur 1245



Hoja del Sur
Coronavirus, enfermedad que 
“puso de rodillas al mundo”
Por Armando Mariaca V.
Utilizando eufemismos, resulta muy poco decir que el coronavirus “puso de rodillas al mundo” porque lo padecido en este tiempo por la humanidad no tiene parangón. Se dirá que las guerras (especialmente las dos últimas) han causado millones de muertos y heridos, pérdidas cuantiosas de todo lo avanzado por la humanidad. Prácticamente, todo estaba premeditado, supuesto, esperado como consecuencia de lo planeado o preparado por los mismos hombres ya que determinados actos políticos, económicos, científico-culturales o de cualquier índole fueron gestánbdose con el tiempo y cada país sabía a donde se dirigía y cuáles serían las consecuencias.
Cuán diferente es lo ocurrido ahora en que toda la humanidad se encuentra frente a un enemigo no conocido antes que se hace invisible, inesperado, incalificado en sus consecuencias; un mal que puede presentarse en el momento menos pensado, mal que por su contundencia y acción indiscriminada destruye tranquilidad, confianza y hasta suposiciones para llegar a la conclusión de saberse muy poco y surgen las interrogantes: ¿Cómo funciona? ¿Cuanto daño y hasta dónde llegará? ¿Qué características ulteriores tendrá? ¿Cuáles serán las consecuencias? ¿Su origen es natural o culpa del ser humano? ¿Qué lo provoca? ¿Es un resumen de todo lo superado en cuestion de enfermedades?
Al final (o al inicio), se llega a la interrogante que invade el campo de la fe y espiritualidad de las personas: ¿Será un castigo divino? ¿Tomará conocimiento y conciencia de esto el ser humano? ¿Será posible medir cuánto mas se ha hecho para llegar a las conclusiones que se presentan en el día a día y cobra vidas por doquier? Cuando parece ser superado el mal en alguna región, aparece en otras y, en casos, reaparece en el sitio original; es decir, nada lo contiene y nadie se atreve a suponer razones y posibles remedios al mal. La ciencia, con todos sus estudios e investigaciones, trabaja en la búsqueda de las raíces del grave mal. Los científicos – pese a los grandes esfuerzos que despliegan – aún no encuentran un corto camino para arribar a una respuesta, aún así, abrigan esperanzas para derrotar definitivamente al letal mal.
Decir que “el mundo está puesto de rodillas” resulta poco tan sólo porque ha despertado conciencias, ha dado pasos y abierto posibilidades de unidad y concordia entre todas las naciones para encontrar remedios al mal; pero, parece que todo resultaría vano, inútil y hasta proclive al fracaso, a la desesperanza de hallar respuestas para encarar; ¿qué hacer? Y surge siempre la esperanza en la ciencia, en las investigaciones y ideas en relación a la contaminación del planeta, el descuido de la naturaleza o de la misma sobre-explotación de los recursos de la misma tierra que se vacía hecha polvo sobre las ciudades; pero, en medio de suposiciones, nace, de todos modos la fe, fe en el creador que es Dios y al cual nos aferramos con esperanzas.
Cuántas veces surgió una pregunta: ¿Hasta cuándo complotaremos contra nosotros mismos al hacerlo contra la creación de Dios que es la naturaleza para beneficio de la humanidad y no para incrementar su soberbia y propiciar sus propios males? Esta es la realidad que vivimos en este tiempo y, aunque el escepticismo de los que creen saber más y sentir mejor, de los que no creen en la existencia de Dios y atribuyen a la naturaleza, a la ciencia y la tecnología lo que el hombre consigue diariamente, parecería llegado el tiempo en que surjan, entre varias posibilidades, lo que sería la alternativa: debe el hombre persistir en la soberbia y la petulancia creyendo que la naturaleza es solamente un bien que no precisa ser preservado y respetado, o, creer, honesta y conciencialmente, que la creación es debida a la voluntad de Dios que es el Creador de todo el Universo, de ese universo que cada día es descubierto en sus íntimos y lejanos recobecos por los hombres que investigan el espacio infinito.
Todo muestra caminos hacia una realidad en que la humanidad tenga que suplicar el perdón de Dios, (cada quién conforme a su religión o creencia) al arrepentirse de haber dado a la obra de Su creación, la Tierra, un planeta más entre miles que contiene el interminable y eterno espacio y que, sin reconocer nuestras limitaciones, tratamos de descubrir lo que el Creador, talvez, en Su infinita sabiduría, preserva para futuras generaciones.
Así llegamos a la situación en que se implorará perdón de Dios y, hasta los que se jacten: “Gracias a Dios yo no creo por que soy ateo” (???). Absurdo atribuible por falta de fe religiosa o en el mismo poder de la naturaleza. A una mayoría no le quedará otra solución que reconocer que esa negativa no es mas que obra de la soberbia y la carencia de humildad para reconocer que sólo Dios y la naturaleza son es infinitos y el hombre, haga lo que sea, será siempre finito.
El coronavirus es un mensaje de vida y una lección de muerte que como conocimiento y experiencia debería asomar a la conciencia de todos y obrar consecuentemente con lo que conviene: Vivir como lo que somos y como Dios quiso desde siempre, en paz y concordia, en armonía y con vocación de construir, descartando el instinto para destruir.
La voluntad de Dios podría ser que la humanidad padezca muchos males que lo conduzcan a la muerte para luego resucitar a un mundo donde las virtudes permitan responder al mandato divino de vivir en paz en beneficio de la humanidad y de su Tierra que se debe amar y respetar como suelo en el que vivimos.

El coronavirus y la violencia
contra la mujer
Por Jorge Ordenes Lavandez
La cuarentena para la mayoría significa quedarse en casa mujeres y hombres casados o no casados, y esa convivencia inusual está resultando en una pandemia social inesperada: la violencia contra la mujer. La razón es que muchos cónyuges se han visto obligados a trabajar en casa donde la productividad no es la misma ya sea porque el tablero del ordenador y la pantalla son más pequeños o porque la sicología de la oficina es imposible de reproducir, y en vilo está la seguridad de ese empleo en medio de los afanes de contagio. El núcleo familiar se ve afectado a menudo por niños o jóvenes inquietos y cónyuges impacientes ante la incertidumbre de cuanto ha de durar la cuarentena amén del estrés causado por el virus y difundido por los medios; mercados y farmacias también modificados en su manera de trabajar.
A. Taub, NYT, escribe que “la información asociada con la violencia de género se está dando como una ‘infección oportunista’ resultado de la pandemia.” M. Hester, socióloga de la U. de Bristol, que estudia esa violencia señala que las medidas adoptadas para controlar el virus son las principales causas de la emergente violencia de género que de todas maneras aumenta cuando las familias se juntan en la Navidad o las vacaciones. El domingo 12 de abril el Secretario General de la ONU, Antonio Gutíerrez, propone por twiter que todos los gobiernos prioricen el respeto a la mujer a tiempo que la gente pervive una cuarentena mundial en la que las líneas telefónicas de emergencia están repletas de llamadas de mujeres en pos de socorro que las autoridades no están respondiendo porque no las esperaban. De allí que improvisen. El envalentonamiento de los hombres resulta en actos eminentemente terroristas contra esposas-madres, hermanas, parientes cohabitantes e incluso niñas. Un problema es que el daño hecho en marzo y abril perdura inmisericordemente… y las autoridades hacen lo que pueden. No es fácil pero tampoco debe ser imposible, y mucho depende de que la información de abuso y vejamen se dé a conocer. Imposible trabajar en lo que no se sabe y registra.
Lo que se haga ha de ser traumático para los protagonistas y sus familiares que quedan afectados de por vida, lo que la ceguera masculina por lo general no toma en cuenta por la sicosis de bronca y molestia que engendra el encierro de cuarentena a todas luces dictaminado por la pandemia que por desgracia es probable que no se levante hasta la primavera e incluso el verano meridional, o el otoño y/o invierno del septentrión. La lucha contra el “terrorismo de intimidad,” términos que vienen queriendo reemplazar a la “violencia de género,” debe ser incansable. El gobierno de Italia, el país más golpeado por la pandemia, recientemente autorizó el gasto de 30 millones de euros para prevenir la violencia contra la mujer. Según Bloomberg, 9 de abril, el profesor P. Collingnon, Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Australia, dijo que la pandemia permanecería “por lo menos dos años.”
Así, habría que tomar a pie juntillas los efectos de salud mental y desasosiego moral, amén de violencia física y daño a la sociedad, que el “terrorismo de intimidad” vaya a tener en el tejido socio-familiar agobiado por la secuela de muertes, quiebras, anarquía esporádica, delincuencia y pugnas sectoriales que acaso no logren avenirse ni con ellas mismas. Como dice el proverbio chino muy anterior al régimen de Mao: ”gobierne usted una familia como si estuviese friendo un pez pequeño: muy gentilmente.”

Desde la tierra
¿Confiar en la OMS?
Por Lupe Cajías
Para América del Sur, las próximas semanas, los próximos meses, pueden ser aún más duros sumando a la pandemia del virus surgido en China con las enfermedades típicas del invierno que se aproxima. Como una sentencia apocalíptica, “Winter is coming”. En el norte, la primavera y el verano seguramente ayudarán a aliviar las condiciones que favorecieron a la expansión del COVID 19.
Las personas de la tercera edad contemplan todo aquello asombradas y cada vez conscientes de la mucha ignorancia que las acompaña. ¿A quién recurrir? Si ya es difícil conseguir una campaña oficial con detalles y consejos integrales, acceder a las redes es más complicado y no se distingue falso de verdadero; incluso los medios en los medios de comunicación tradicionales confunden.
Aún menos es posible confiar en los mensajes del organismo creado en el marco de las Naciones Unidas para atender los asuntos relacionados con la salud mundial. La Organización Mundial de la Salud y su filial continental la Organización Panamericana de la Salud hace mucho tiempo que priorizaron la salud reproductiva y se olvidaron de atender otros males, sobre todo los que afectan a los más pobres; como el chagas, por ejemplo, para el caso boliviano.
Además, está más politizado que otras agencias. Por eso, en un hospital cruceño se apañaban los enfermos de dengue, más allá los enfermos de cáncer se crucificaban para conseguir atención del gobierno central, las parturientas preferían cruzar a Argentina para asegurar un parto más seguro y el representante de la OMS en Bolivia, Fernando Leanes, felicitaba al MAS por su trabajo en la salud pública.
El Director General de la OMS, el etíope Tedros Adharom lo secundaba. Este polémico personaje fue ampliamente criticado acusado de ocultar explícitamente crisis sanitarias en su país. Circula una gran cantidad de información contra él tanto como profesional, como por militante apoyado por China para llegar al alto puesto en la OMS. Una de sus actuaciones más condenadas fue nombrar al dictador y responsable de la violación sistemática de Derechos Humanos, Robert Mugabe, como embajador de la institución mundial. Para Tedros, Zimbabue es un buen ejemplo de salubridad, igual que la Bolivia del socialismo Siglo XXI. No importa que los datos de la realidad lo contradigan.
Mientras su homóloga Clarisse Etienne, directora de la OPS, felicita a Daniel Ortega por los muchos avances de Nicaragua en la salud del binomio madre niño.
Las críticas de Donald Trump a la OMS y el congelamiento de fondos estadounidenses a la entidad internacional aprovechan la situación. Podría ser un escudo para ocultar los propios errores o también parte de la permanente crítica de los republicanos a entidades de la ONU. Varios senadores ultraderechistas hacen campaña contra Adharom por razones ideológicas más que por sus fallas técnicas.
Así, los ciudadanos no saben dónde ampararse. La OMS no es un líder confiable, menos aún la OPS. Los gobiernos sin hoja de ruta, ni siquiera en Europa. 
Mientras el mundo se desgarra, el gobierno chino difunde videos de alegría y festejos suntuosos de su población porque asegura ya la enfermedad se alejó de sus costas.


El COVID 19
Por Urbano Calle.

En esta larga Pandemia solo queda explorar en las redes del internet, en no de estos recorridos buscando mayor información sobre la enfermedad de Coronavirus encontré la importante entrevista al actual Director del Hospital Universitario Guro de Corea del Sur Kim Woo-Jo quien dedicó sus investigaciones cuando apareció la Gripe SAR el 2003.
El Dr Kim recomienda que los mas afectados serán los mayores de 60 años a mas, por tener mas bajas las defensas. Lo importante es llevar mascaras y lentes, ya que el virus ingresa al cuerpo humano por los ojos, la nariz y la boca. El virus busca humedad y esta comprobado que por la piel no entra y tampoco por los oídos.
Para el Dr Kim el virus sale de la boca de los infectados y busca zonas húmedas para permanecer activo. Una vez que sale por estornudos o tos puede permanecer bastante tiempo activo en forma de gotas.
Los principales síntomas son fiebre alta, tos y estornudos. Según el medico coreano, en su experiencia ha visto que alguno enfermos dados de alta por estar ya recuperados han vuelto a recaer, es decir que el virus puede reactivarse.
Según el Dr Woo las personas jóvenes al tener mas altas defensas puede contagiarse y su rehabilitación es posible no así con los enfermos adultos de 50 años y mas que al tener menos defensas es muy difícil que se recuperen totalmente. En Corea del Sur el 90 % de los fallecimientos es de personas adultas de 60 años a mas. La tasa de mortalidad es mucho mas baja hasta los 40 años y casi nula en jóvenes.
Es importante saber que hay personas que están contagiadas y no muestran síntomas pero pueden trasmitir la enfermedad. Según el Dr Kim. Lo mas importante es fortalecer el sistema inmunológico. 

Evadas Atormentadas
Por  Álvaro Riveros Tejada
De pronto, en medio de un silencio ensordecedor, todo quedó inmóvil y, hasta el reloj de la iglesia que acompañó mi infancia, detuvo sus campanadas. El mundo entero paralizó su marcha, al ritmo que le impone un maléfico virus, dejando a su paso un tendal de muertos en casi todos los países del planeta. 
Quienes habitamos por más de siete décadas en este mundo, no recordamos un fenómeno similar al que estamos atravesando, muy propio al de los relatos bíblicos que, con carácter profético, se anuncian en el libro de las Revelaciones de Juan. Empero, sin pecar de tremendistas, y menos de pesimistas, consideramos que esta pandemia que nos asola tendrá un fin feliz y pasará a los anales de la historia, como una más de esas pestes que atribularon a la humanidad desde tiempos remotos, y una prueba dirigida a la humanidad, para mudar su conducta.
Como despertando de un mal sueño, volveremos a un mundo distinto, donde apreciemos a la naturaleza con el amor y respeto que se merece. Baste ver hoy, en las canchas del Club de Golf de Mallasilla, la aparición de cervatillos y nuevas especies de aves que, ante la ausencia del humano, vuelven a posar su paso por allí, o las gradualmente limpias aguas del Choqueyapu, libres de las aniquilantes descargas industriales que las contaminan desde tiempos inmemoriales. 
Algo similar está pasando en los ríos de Santa Cruz, donde han vuelto a aparecer especies de peces que parecían haberse extinguido hace muchísimo tiempo. Ese portento, o es el anuncio del Apocalipsis, o es el anuncio de un mundo mejor.
Esta versión optimista del fin de la pandemia tiene, asimismo, sus aristas espeluznantes, como los demonios de ojos rasgados que la liberaron generando una guerra biológica, a través de agentes del mal, que tienen como principal tarea diseminar el virus por todos los confines del planeta; y los transmisores gratuitos que, como Evo Morales, ven en esta catástrofe “la victoria de una supuesta tercera guerra mundial por parte de la China, sin disparar ni un solo tiro”.
En este punto, es preocupante la salud mental del exdictador cocalero cuando, con frecuencia esquizoide, incita al exterminio colectivo de nuestra sociedad, con la naturalidad de un asesino serial. Si no es hacer saltar por los aires la planta de Senkata, llevándose por delante miles de víctimas alteñas, imparte consignas para dejar sin alimentos, agua y medicinas a sus propios coterráneos y, desde su mansión bonaerense, instruye la interrupción de la cuarentena en nuestro país, para lograr su ambicionado retorno, a través de una solución por el desastre. 
Es más, irrespetando al Caballero Andante, sugiere la quijotada de utilizar la casa del pueblo como refugio de esos paisanos, que él financia para cruzar las fronteras, y lanzar desde el piso 22, sus virus, diatribas y bombas a Dña. Janine. 
De semejante actitud, sólo podemos inferir que: la soledad; el excesivo consumo de psicotrópicos; la ansiedad por la captura de su lugarteniente Faustino Yucra, verificando la autenticidad del video narcoterrorista; el coronavirus, etc., son la matriz de estas evadas atormentadas.

Pandemia y política
Por Marcelo Ostria Trigo
La pandemia del corona virus preocupa a todos. Y, si de preocupación se trata, lo que debería despertar no es solo solidaridad con los afectados, sino el propósito de participar en los esfuerzo para enfrentar este mal que ya ha cobrado en Bolivia y el mundo cientos de miles de infectados y de muertos. Sin embargo, la situación ha sido aprovechada por algunas sectas extremistas para criticar lo hecho y acusar de supuestos malos manejos de las autoridades. Y eso no es verdad. 
En nuestro país no se encuentra otra explicación para los intentos de violar las disposiciones oficiales de lucha contra la pandemia, que la soberbia, la ignorancia, el oportunismo, el sectarismo y el desprecio por la salud y la vida de las personas. Los intentos de violar la cuarentena se hacen ofreciendo dinero para delinquir contra de ciudadanos, porque no solo se afecta a un gobierno realizador, sino a la sociedad en su conjunto. Si con esto se cree que se alcanzará ventajas políticas y electorales, están equivocados. “Por sus frutos los conoceréis”. (Mateo 7:20)
Se ha informado también de otras acciones parcializadas en el mundo, como la del Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que “oculta el progreso de Taiwán contra el coronavirus por orden de China”. Esto pese a que “apenas cinco personas han fallecido en Taiwán, 79 se han recuperado y un total de 379 se han contagiado de coronavirus en una isla con más de 23 millones de habitantes. Pese a su éxito (de Taiwán) conteniendo la pandemia, la Organización Mundial de la Salud ha invisibilizado su gestión”. (“OMS oculta progreso de Taiwán contra el coronavirus por orden de China”.Panam Post 10.04.2020). 
Ciertamente hay radicales y populistas que se valen de esta desgracia para procurar provecho político. La parcialización de Tedros Adhanom Ghebreyesus –que no es médico– actual Director General de la OMS, preocupa. Pone en dificultades a su organización, cuando su deber es estar al servicio de la lucha por la salud en todos los países del mundo, sin distinción alguna.
Hay otras actitudes que resultan negativas. Un ejemplo: en México, el presidente López Obrador trató inicialmente de restar importancia a la pandemia (“es una gripecita”, dijo). Pero, la evidencia de que la peste crece velozmente en su país, ha frenado sus ímpetus sectarios y, ahora, su gobierno debe enfrentar la realidad: hasta la entrega de esta nota, 2.785 casos positivos y 141 muertes. 
La lucha en Bolivia contra la peste, como en todos los países, reclama sacrificios de los ciudadanos. Pero afirmar que las medidas adoptadas están intencionalmente equivocadas, no es solo un disparate, sino una inconsecuencia con la sociedad.